Indiscutiblemente el tercio de salida es el que representa una mayor dificultad en la lidia a caballo, especialmente por la fuerza e ímpetu con la que salen los toros de los chiqueros, aunado a la incertidumbre que de entrada presentan por lo general en su comportamiento.
Los caballos que se utilizan para esta tarea tienen como común denominador su velocidad, condición primordial para poder acloparse y parar paulatinamente las violentas acometidas de sus oponentes.
Además de ello, Pablo Hermoso de Mendoza adiestra a sus cabalgaduras para ir a más en las evoluciones de inicio, ya que siempre intenta consumar las suertes yendo de frente, realizando además toreras pasadas utilizando al córcel como si de una muleta se tratase.